Ginecología y lesbianas

Llevo tiempo sin ir al ginecólogo, sé que es importante, pero me da mucha pereza. Mi entorno me pide encarecidamente que acuda, pero no puedo dejar de ser reacia. Puede que estéis pensando que os importa más bien poco mis visitas al ginecólogo, pero todo tiene su sentido. Me ha llegado una encuesta del área de políticas lésbicas de la FELGTB sobre la actitud de las lesbianas ante las enfermedades de transmisión sexual y la ginecología. Resulta que se muestran preocupados ante la invisibilidad que sufrimos las bolleras en estas consultas, pero no deja de extrañarme que lo hagan ahora. Siempre me ha llamado la atención la poca importancia que se ha dado desde movimientos lesbianos a esta situación (si estoy equivocada, pido disculpas).

Las lesbianas somos invisibles y ésta rama de la medicina no iba a ser una excepción. He comentado el tema con otras lesbianas y ninguna acude regularmente al ginecólogo. Es incómodo tener que explicar que tus relaciones sexuales son con mujeres o que no usas preservativo ni otros métodos anticonceptivos porque tu pareja es estable. Conozco mujeres lesbianas que se han acostado con infinidad de mujeres, pero que siguen siendo vírgenes para la ginecología. La medicina no entiende el sexo sin penetración. Esto es más grave de lo que parece. En un informe de Osakidetza sobre el cáncer de útero puede leerse que “Todas las mujeres asintomáticas residentes en la CAPV que tengan o hayan tenido relaciones sexuales coitales” deberían someterse al test de Papanicolaou. Esta prueba, más conocida como citología, puede ser vital para prevenir el cáncer de útero. En los últimos meses sólo se realizan citologías si se cumplen más requisitos, pero uno de ellos sigue siendo ser heterosexual. Las lesbianas no estamos libres de contraer ésta enfermedad, pero la información es poca y el interés, aún menos. Desconozco si la sanidad pública proporcionan la posibilidad de hacerse una citología si una mujer que sólo ha mantenido relaciones sexuales con una mujer lo solicita, pero, desde luego, no debería ser necesario.

En el apartado dedicado a la ginecología en la web de Osakidetza aparece también un listado de los servicios que ofrecen. El primero: “Parto sin dolor con asistencia del padre”. Toma ya. La salud pública todavía no ha debido encontrarse con familias bollo.

Lo que os decía: invisibles, pero creo que también cada vez más cabreadas.

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